Tratamientos para el cáncer de próstata

La cirugía del cáncer de próstata, conocida como prostatectomía radical, consiste en extirpar toda la glándula prostática y los tejidos circundantes. Este procedimiento se recomienda generalmente para hombres con cáncer de próstata localizado que gozan de buena salud general. Las opciones quirúrgicas incluyen la cirugía abierta tradicional, la cirugía laparoscópica y la cirugía asistida por robot. La elección de la técnica quirúrgica depende de diversos factores, como el tamaño y la ubicación del tumor, la experiencia del cirujano y la tecnología disponible.

La radioterapia utiliza diversas formas de radiación para tratar el cáncer de próstata de forma segura y eficaz. El objetivo de la radiación es destruir el tumor, preservando la mayor cantidad posible de tejido sano. La radioterapia puede administrarse externamente (dirigida desde el exterior del cuerpo) o internamente (colocada en el interior del cuerpo). La radioterapia es una opción clave para quienes padecen cáncer de próstata localizado o localmente avanzado, pero también puede utilizarse para aliviar el dolor causado por las metástasis óseas.

El ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU) es un procedimiento experimental mínimamente invasivo para el tratamiento del cáncer de próstata. Destruye las células cancerosas mediante energía ultrasónica precisa y focalizada, u ondas sonoras. El ultrasonido puede ser una opción de tratamiento para pacientes con cáncer de próstata de riesgo bajo o intermedio y confinado a la próstata.

La crioterapia, también conocida como crioablación o criocirugía, es una opción de tratamiento para el cáncer de próstata que consiste en congelar el tejido prostático para destruir las células cancerosas. Este procedimiento mínimamente invasivo puede ser adecuado para hombres con cáncer de próstata localizado o localmente avanzado. Si bien la crioterapia no es tan común como otros tratamientos para el cáncer de próstata, como la cirugía o la radioterapia, puede ser una opción para ciertos pacientes. Su equipo de atención médica considerará factores como el estadio y el grado de su cáncer, su estado de salud general y sus preferencias personales para determinar si la crioterapia es adecuada para usted.

Las células del cáncer de próstata suelen depender de hormonas masculinas (andrógenos), como la testosterona, para crecer. La terapia hormonal, también conocida como terapia de privación androgénica (TPA), terapia de privación hormonal o terapia de supresión hormonal, tiene como objetivo reducir los niveles de andrógenos en el cuerpo, ralentizando o deteniendo el crecimiento del cáncer. La terapia hormonal es especialmente importante para quienes presentan una enfermedad avanzada, cuyo cáncer ha reaparecido (recurrencia) después de la cirugía o la radioterapia, o cuyo cáncer se considera de alto riesgo de metástasis (diseminación).

La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas que se dividen rápidamente en todo el cuerpo. Generalmente se reserva para el cáncer de próstata avanzado o metastásico que se ha propagado más allá de la glándula prostática y ya no responde a la terapia hormonal. Los medicamentos de quimioterapia se administran por vía intravenosa (a través de las venas) u oral (en forma de comprimido), según el medicamento, y en ciclos, con períodos de tratamiento seguidos de períodos de descanso.

La inmunoterapia es un enfoque relativamente nuevo para el tratamiento del cáncer de próstata que aprovecha el poder del sistema inmunitario para combatir las células cancerosas. El tipo más común de inmunoterapia para el cáncer de próstata es la vacuna Sipuleucel-T (Provenge), diseñada para estimular el sistema inmunitario para que ataque las células cancerosas de la próstata. La inmunoterapia puede ser una opción para hombres con cáncer de próstata avanzado que tienen opciones de tratamiento limitadas.

La radioterapia molecular (radioterapia) es un tratamiento dirigido contra el cáncer de próstata que administra radiación directamente a las células tumorales mediante un fármaco radiactivo. Este innovador enfoque minimiza la exposición del tejido sano a la radiación y puede ser adecuado para casos avanzados de cáncer de próstata. Entre las ventajas de la radioterapia se incluyen su precisión al atacar las células cancerosas, la capacidad de tratar tumores que se han diseminado a múltiples áreas del cuerpo y la posibilidad de presentar menos efectos secundarios en comparación con la radioterapia convencional.

Los medicamentos de terapia dirigida atacan específicamente las células cancerosas, minimizando el daño a las células sanas. Estos medicamentos actúan interfiriendo con moléculas específicas que participan en el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas. Un enfoque de terapia dirigida es una forma de tratamiento personalizado del cáncer, también conocido como medicina de precisión, y puede tener menos efectos secundarios que otros tratamientos. Para el cáncer de próstata, las opciones de terapia dirigida incluyen inhibidores de PARP, terapia dirigida contra PSMA, terapia con radioligandos y otras. La terapia dirigida puede combinarse con otros tratamientos, como la terapia hormonal o la quimioterapia, para mejorar los resultados en hombres con cáncer de próstata avanzado.

Un ensayo clínico es un estudio de investigación que investiga un tratamiento experimental para determinar su seguridad y eficacia en el tratamiento de una enfermedad. Los ensayos clínicos se ofrecen en todas las etapas de la enfermedad, pero pueden ser una opción importante, en particular, para pacientes con cáncer de próstata avanzado. Todos los tratamientos que se utilizan actualmente para el cáncer de próstata están disponibles gracias a ensayos clínicos previos.

Es importante preguntar e informarse sobre los ensayos clínicos al tomar una decisión sobre su tratamiento. Averigüe si alguno podría ser una opción para usted o su ser querido.